miércoles, 12 de diciembre de 2012



FUNDAMENTOS 

Este taller de escritura, busca que las personas puedan expresar lo que piensan y sienten. Que al mismo tiempo esta actividad sea para divertirse y aprender, conociéndose cada vez más a uno mismo. Aprender a crear aquello que nos refleje de manera bella e inteligente.

Es un espacio dedicado a estimular a las imágenes y a las ideas que cada uno tiene, para que a través de las palabras, surjan las historias y así cada persona se encuentre con el escritor que desea ser, el que lleva dentro y que quiere expresarse.

A veces se trabaja con música y con obras de arte que hacen de soporte para la aventura de indagar en nosotros mismos, en los demás y en el mundo con cada nueva creación que descubrimos.

El lenguaje no es inocente. Y en cada palabra que elegimos, hay una intención y un significado. Se trata de tomar conciencia de los mensajes que queremos transmitir  y compartir.
Todos aprendemos de todos y todos los procesos llevan tiempo; son dos de mis frases favoritas.

La imaginación debe estar activa, inquieta, como si jugara en un parque. El escritor es un observador sensible del mundo que lo rodea.

Me gusta trabajar con textos de diferentes partes del mundo. Es una forma de enriquecerse viendo otras maneras e intentando comprender lo que otros autores quieren decir. También me gusta proponer textos de diferentes épocas.
El objetivo es abrir posibilidades a través de la flexibilidad del pensamiento.

De este modo la experiencia se inscribe en cada uno, como una vivencia feliz.

Que tengas un día placentero! http://grantallercyngrin.blogspot.com.ar/


jueves, 15 de noviembre de 2012

Una Flor

..."La belleza de una flor pudo arrojar un breve destello 

de luz sobre la parte esencial 

más profunda del ser humano, su verdadera natu­raleza. 

El momento en que se reconoció por primera vez la belleza 

fue uno de los más significativos de la evolución 

de la conciencia humana. Los sentimientos de alegría y 

amor están íntimamente li­gados con ese reconocimiento. 

Sin que nos diéramos cuenta, las flo­res se 

convertirían en una forma de expresión muy elevada y sagrada 

que moraría dentro de nosotros pero que no tendría forma. 

Las flores, con su vida más efímera, etérea y 

delicada que la de las plantas de las cuales nacieron, 

se convertirían en especie de mensajeras de otro plano, 

un puente entre el mundo de las formas físicas 

y de lo informe. Su aroma no solamente era delicado y

 agradable para los sentidos, sino que traía 

una fragancia desde el plano del espíritu"...

Flor Acera Flo Acera

jueves, 16 de agosto de 2012

Escribir en el Gran Taller


En este taller, los participantes son los protagonistas. Son los creadores de la historia que quieren contar. La idea es compartir lo que cada uno quiere expresar, junto a otros que colaboran con su escucha atenta.

Este taller ofrece un espacio cálido, para que las personas lo pasen bien. Se expresen, se desahoguen y reciban lo que buscan para pulir, embellecer y completar sus ideas de manera coherente con lo que sienten y actúan.

Se proponen diferentes modos para comenzar a escribir. Lo lúdico es parte importante de la creatividad, para imaginar posibilidades y narraciones coloridas. Los paisajes sonoros que se reflejan en la lectura a voz abierta, dan un encanto a los silencios, que ofrecen quienes nos leen y escuchan.


Los invito al Gran Taller. Su consulta es muy bienvenida!
Tel: 4521 – 2373  cyngrin@yahoo.com.ar  
Blog: http://grantallercyngrin.blogspot.com

miércoles, 7 de marzo de 2012

El exámen por Roxana Kreimer

Durante media hora permanecimos en silencio. Una sombría quietud nos hermanaba. Algunos leíamos y levantábamos la vista a cada rato; otros apoyaban la cabeza entre las manos y cerraban los ojos hasta arrugar el entrecejo. Atento a las bocanadas de humo, Kantor me miró y movió los labios en silencio, como si hablase para sí mismo (al principio creí que rezaba). Cuando una silla crujía, dos o tres nos mirábamos sobresaltados. Aiello se restregaba los brazos con saña, como si estuviera a punto de ofrendar su sangre. De vez en cuando cruzaba un par de palabras con una compañera que tiritaba, pálida de miedo, mientras se estiraba infructuosamente la minifalda.
Los pasos del profesor resonaron con la firmeza del guapo que da un ponchazo al candil dejando la fiesta a oscuras. El ayudante de primera, el ayudante de segunda, el jefe de trabajos prácticos y el adjunto aparecieron unos minutos más tarde y se ubicaron a su lado.
Mi apellido -el primero de la lista- retumbó en cada rincón del aula semivacía.
Frente al profesor, tragué la pastilla de menta a medio disolver y celebré que el ayudante de segunda recordara mi nombre.
-Ha sido declarado culpable- advirtió el profesor, casi distraído.
-¿Quién? ¿Yo?- balbucié con estupor.
-Sí, usted.
-Nunca hemos hablado antes. ¿Culpable? ¿Culpable de qué?
-Ya se lo diremos después del examen. Ahora responda. ¿Nombre?
-Regnasco, Esteban Miguel- dije mientras el jefe de trabajos prácticos buscaba mi nombre en la lista.
-¿Edad?  
-Veintitrés.
-¿Ocupación?
-Estudiante.
-¿Estado civil?
-Soltero.
-¿Sano o enfermo?
-Sano...básicamente...hace poco me han detectado una hernia congénita y padezco alergias ocasionales.
-¿Sufre de los nervios, ¿no?
-No más que cualquiera.
-¿Caries?
-El año pasado...
-Déjeme examinarlo.
-...
-Bien. Ahora relájese y asocie libremente.
-Verá. No es la primera vez que rindo un examen y, sin embargo, una vez más siento esa maldita puntada en la boca del estómago...y ese sueño...a la voz de ¡Saquen una hoja! yo, que creo haber asimilado como nadie la bibliografía obligatoria, la complementaria y la complementaria de la suplementaria, yo que velé noches enteras por el regimiento de hormigas enfiladas en teóricos y apuntes, apoyo la pilot en el papel y me olvido absolutamente de todo, derrotado como si me hubiera propuesto llegar a un puerto que me estaba negado de antemano.
-¿De qué signo es usted?
-La adivinación por los signos está inspirada en la doctrina estoica de la simpatía cósmica universal: no hay seres en el universo que no estén ligados al conjunto de hechos presentes, pasados y futuros. No podemos levantar un dedo sin que su efecto se sienta en el universo todo.

-Has pecado, hijo mío. Confiesa y serás perdonado.
-Pero... usted habló de adivinos. Primero pensé en la doctrina del entusiasmo y en sus cuatro formas: la iniciación a los misterios, la inspiración poética, la exaltación amorosa y la exaltación de los profetas y de las profetisas. Luego me pareció oportuno hablarle de la primera de estas formas, la adivinación, que está emparentada con la teoría estoica sobre la simpatía cósmica universal.....
-Bien, responda: hay quien asegura que Dios no es más que aire, agua, fuego y tierra. Si esto fuera así, ¿cómo regresan las almas a la majestad divina? ¿Dónde duermen los bienaventurados hasta el día del juicio?
-La palabra de Dios altísimo ilumina el universo entero. Pero Dios no es más que un poco de hálito, y aquello que el hombre pueda imaginarse. Todo lo que vemos es Dios: el cielo, la tierra, el mar, el aire, el abismo y el infierno, todo es Dios.
-Pero si Dios no es más que un poco de hálito, si Dios es agua, aire, tierra y fuego...si Dios es todo, usted mismo podría sentirse con derecho a proclamarse Dios. Y además, ¿cómo regresarían las almas a su majestad?
-Duermen hasta el día del juicio.
-Responda a mi pregunta. ¿No regresan porque se identifican con Dios?; ¿regresan y Dios es ultramundano?; ¿existen la perdición y el castigo eterno? Tache lo que no corresponda.
-El microcosmos y el macrocosmos....
-¡No! ¡Tranquilícese y reflexione!
-Aunque el hombre y la mujer fueron los últimos en ser creados...
-¡No! ¡No responde a mi pregunta! ¡Diga: ¿cómo vuelven las almas a la majestad divina?
-Tal vez por...
-¡No! ¡Tal vez nada! ¡Escúpa el error! ¡Escúpalo!
-¿Aquí mismo?
-¡Acá no, indómito! El ayudante de segunda lo acompañará al baño.
Como aquellas pesadillas en las que las piernas no obedecen a la imperiosa necesidad de huir, amagué con responder pero permanecí en silencio (quizá ignorara lo que significa indómito).
Al volver del baño oí un rumor intermitente y sordo. Conocía bien ese murmullo. La víspera de un examen solía depararme pesadillas en las que un siniestro rumor terminaba por ensordecerme.
Frente a la mesa examinadora, inspiré hondo y me propuse responder con calma, como si conversara amablemente con un amigo.
-Acabo de ver su monografía -dijo el profesor-. Le formularé algunas preguntas para confirmar si en efecto fue usted quien la escribió. ¿Jura decir la verdad, solo la verdad y nada más que la verdad?
-Sí, juro.
-Todo lo que diga podrá ser utilizado en su contra. Si trata de ocultar algo quedará seriamente comprometido. No hay testigos. Solo tenemos su palabra. ¿Puede decirme qué día y a qué hora comenzó la redacción final del trabajo?
-El 2 de mayo a las tres de la mañana.
-¿A las tres de la madrugada?
-Sí
-¿Usted trabaja a esa hora?
-Sí, por el silencio.

-Relate con precisión lo que hizo antes de sentarse a escribir.
-¿Debo hacerlo?
-Me temo que sí.
-A eso de las nueve de la noche dormí una siesta.
-¿A las nueve de la noche?
-Sí.
-Continúe.
-Después bajé al almacén y compré algo para comer.
-¿Qué quiere decir con "algo"?
-Compré pan lactal y queso Mar del Plata.
-¿Usted conoce el porcentaje de grasa del queso Mar del Plata?
-Sí, tiene aproximadamente un treinta por ciento de grasa.
-Explíqueme cómo es que el almacen estaba abierto hasta tan tarde.
-Es un quiosko-almacén. Atiende las veinticuatro horas.
-¿Qué pasó entonces?
-Recuerdo que preparé un sandwich y conecté el contestador telefónico.
-¿Qué lo llevó a pensar que recibiría una llamada a esa hora?
-Mi mujer suele telefonear al filo de la medianoche.
-¿Y por qué no está en su casa a esa hora?
-No vivimos juntos.
-Bien, le formularé algunas preguntas para confirmar si en efecto fue usted quien escribió la monografía.
-Parece que volvimos al punto cero.
-No exactamente. Juzga usted improbable que la concepción homérica del amor contemple estrictas fronteras entre el amor físico y el amor espiritual. Desarrolle esta idea durante un minuto. En la conclusión demostrará sintéticamente cómo se vincula el tratamiento del tema elegido con otros problemas planteados en clase.
-Bien. En Homero no encontramos aún la distinción cuerpo-alma: la palabra cuerpo (soma) significa cadáver; alma (psiché) es el aliento previo a la muerte.
-En otro orden de cosas...
-Dijo que podría extenderme durante un minuto.
-Mire, ¿me va a venir a enseñar a mí que en Homero los conceptos de alma y cuerpo no están diferenciados? Usted no había nacido cuando yo ya dictaba clase en la Universidad de Buenos Aires. Responda: ¿cuál es la idea más significativa del discurso de Aristófanes en El banquete?
-Recuerdo que Aristófanes decía que los amantes no saben exactamente qué desean el uno del otro.
-Eso es solo lo que a usted le llamó la atención. Mencione la idea más importante del discurso.
-El mito del andrógino...
-No. Hágame el favor: piense antes de hablar. ¡Escurra su cabecita loca, que para algo la tiene!
-Los amantes ansían algo que no pueden nombrar con palabras, aunque hoy muchos crean...
-¡No! ¡Es evidente que no ha sido usted quien escribió esta monografía!
-Profesor, yo la escribí. Lo que pasa es que...
-¡Negativo! ¡No hay testigos! Es su palabra contra la mía.
-Pero señor...
-¡El Señor está en el cielo! ¡Responda! ¡Responda de una vez!

-Pero...
-¡Desembuchá hijo de puta! ¡Cantá o sos boleta!
-¡Yo escribí la monografía! ¡Fui yo! ¡Fui yo!
-.......Mmmm.....veo que confiesa su culpabilidad más rápido de lo que pensaba. ¿Desea contestar la acusación?
-No.
-¿No qué?
-No señor.
-¿Qué nota se pondría Regnasco?
-¿Qué nota cree usted que me pondría?
-¿Qué nota cree usted que yo creo que usted se pondría?
-¡¡Acá soy yo el que pregunta!!
-Bueno...podría ser...digamos...ocho
-Ahora retírese. La Junta deliberará sus fallos.
Caminé hacia el fondo del aula y reconocí el rumor intermitente y sordo de las pesadillas.
La Junta Docente deliberaba a media voz. Cuando la jefa de trabajos prácticos hacía una pregunta al adjunto, el rumor cesaba:
-¿A cuánto está el amor en Homero?- dijo.
-Un punto y medio- respondió el adjunto.
-¿A cuánto la doctrina estoica?
-Un punto.
-¿No había subido?
-No. La que subió es la epicúrea.
-Bien. Este tribunal emitirá su fallo -anunció el profesor-. La sentencia será pronunciada.
El rumor sordo nuevamente desbordó la sala.
-Silencio- chisté con un hilo de voz.
El jefe de trabajos prácticos se puso de pie.
-Regnasco:...tres- dijo con la parsimonia con que el croupier anuncia un pleno.
Quise levantarme pero las piernas permanecían aferradas al piso como dos estacas.
-¿Tres? ¿Pero...por qué?- exclamé desde el asiento.
-Ha sido aplazado por falsificación de monografía.
-Pero profesor....-repliqué en voz alta, para que todos pudieran oirme. ¡Hace dos meses que trabajo en esa monografía! ¡Usted no me ha dejado hablar! Además, no es señal de buena educación disparar tantas preguntas a quien se acaba de conocer.
-Oiga. ¿Cómo era su nombre?- preguntó el profesor.
-Regnasco.
-Créame que esto me duele más a mí que a usted, Regnasco. Cuente con mi colaboración para lo que necesite. Eso sí, le pido que pague con cambio chico.
-¿Quiere decir que podemos arreglar esto de alguna manera?
-Diez puntos menos tres: siete. Debe siete pesos a la universidad.
-¿Siete pesos? ¿De dónde voy a sacar tanto dinero?
-Suficiente Regnasco. La sentencia ha sido pronunciada. ¡Corra la justicia como impetuoso arroyo!
A mis espaldas oí que Molina celebraba discretamente mi aplazo, menos por falta de compañerismo que por aplicación al cálculo: había llegado a la conclusión de que los profesores debían saciar su organismo con una cuota necesaria de aplazos, cubierta la cual serían benevolentes con él.

Sentí un calor asfixiante. Quise huir pero mis piernas desaparecieron rápidamente bajo las llamas. Todo mi cuerpo fue muy pronto una llaga. El rumor creció en quejas y en estremecedores gemidos que terminaron por ensordecerme
.