de luz sobre la parte esencial
más profunda del ser humano, su verdadera naturaleza.
El momento en que se reconoció por primera vez la belleza
fue uno de los más significativos de la evolución
de la conciencia humana. Los sentimientos de alegría y
amor están íntimamente ligados con ese reconocimiento.
Sin que nos diéramos cuenta, las flores se
convertirían en una forma de expresión muy elevada y sagrada
que moraría dentro de nosotros pero que no tendría forma.
Las flores, con su vida más efímera, etérea y
delicada que la de las plantas de las cuales nacieron,
se convertirían en especie de mensajeras de otro plano,
un puente entre el mundo de las formas físicas
y de lo informe. Su aroma no solamente era delicado y
agradable para los sentidos, sino que traía
una fragancia desde el plano del espíritu"...
Flor Acera