viernes, 25 de marzo de 2011

Una Muerte Silenciosa por Daiana Olivarez

En memoria de Kevin Carter


 En 1994, el genial fotógrafo documentalista sudanés Kevin Carter ganó el premio Pulitzer de fotoperiodismo con una fotografía tomada en la región de Ayod (una pequeña aldea en Sudán), que recorrió el mundo entero. En la imagen puede verse la figura esquelética de una pequeña niña, totalmente desnutrida, recostándose sobre la tierra, agotada por el hambre, y a punto de morir, mientras que en un segundo plano, la figura negra expectante de un buitre se encuentra acechando y esperando el momento preciso de la muerte de la niña. Cuatro meses después, abrumado por la culpa y conducido por una fuerte dependencia a las drogas, Kevin Carter se quitó la vida.

 

Mi nombre es Kevin Carter .Tuve la oportunidad de viajar al África; era una época muy terrible, dónde la fiebre arrasaba con los chicos como si nada.
Al llegar me condujeron a una aldea en Sudán .Fui  invitado para ver la otra cara del mundo. En el camino la tierra presentaba grietas. La lluvia no aparecía desde hacía meses. Los animales estaban desnutridos, rodeados de mosquitos que trataban de comer lo poco que quedaba de ellos.
 Minutos antes de llegar, mi estomago se sintió mal. Por mi garganta pasó un gusto amargo. Mis ojos se llenaron de lágrimas al ver esta tristísima situación. Me temblaron las manos. Cuando he pensado que cualquiera  de estos chicos podría ser mi hijo o un sobrino, se me ha estrujado el alma.
Al bajar del jeep estaba transpirado y sediento. Detrás mío vi a una criatura .Me acerqué a ella . Era una nena pequeña; tal vez tendría un año.
Intenté tomarla en el momento en que se nos acercaba un buitre. No supe que hacer, mis colegas me pedían que no me aproximara más. Era muy peligroso. 
Lo único que pude hacer fue sacar una foto. No podía entender. Me invadía la impotencia al ver a esa pobre criatura que estaba al borde de la muerte, esperando en silencio y con un llanto sin fuerza.
No resistí . Al ver esa imagen, corrí hasta la niña.
Mis brazos se tiraron hacia ese ser indefenso, sin importarme nada más que ella. 
Lo único que pensé, fue: ¿Por qué estoy aquí?, ¿Con qué fin?
Sentía que estaba haciéndole frente a la muerte.
Las personas que me rodeaban me ayudaron. La niña estaba sedienta, sus labios quebrados y su piel seca.
Teniéndola en mis brazos, bebió un sorbo de agua .Sus ojos negros y profundos me miraron diciéndome algo.
Pasó un año y pude rescatar a Titi .Ella se fue recuperando muy lentamente.
Yo volví a mi país con el alma rota luego de ver la otra cara de este mundo .
Mientras a mi regreso me esperaban  mis cosas lujosas, mi alma ya no  volvió a ser la misma. Una parte mía se había quedado en Sudán.
He revelado esta foto para que la gente no viva en su egoísmo, como yo en un momento pensaba.
           
Daiana Olivarez 

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