En mi mundo enfurecido y veloz, necesito un escape, un entrepiso de paz. No estar en ningún lado, ser invisible por un instante.
La escritura viene a salvarme y me transporta. Son pequeños momentos en los que me detengo, me miro, me observo, río y lloro.
No estoy sola, estoy conmigo, y eso me basta.
La escritura me da la posibilidad de disfrutarme, de conducir la locura y la oscuridad por otro canal, donde las cosas se transforman, donde yo soy yo y mil personas mas, donde mi lugar es acá y en todos lados.

María Gimena Padial
Tallerista
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