Hay que encontrar el camino
No hay color que te venga bien
Doblamos por Potosí
¿Qué es una frase?
A veces te encontrás con estas tres o cuatro frases y como en un trance frenético (que sólo los locos como vos pueden disfrutar y que sólo a otros locos como vos podés referir), el escrito sale como por un tubo.
Pero otras veces cuesta más. Probás y probás, porque sabés que hay que encontrar el camino. Intentás ver el arco iris que se te ofrece, pero en él no hay color que te venga bien. Pareciera que no vas a poder hacer nada con esas palabras que te observan desde el extremo superior de la hoja. Las mirás, una y otra vez, y sentís que ellas te esperan pacientemente. Como para ser invitadas a jugar, o a bailar con vos.
¿Qué es una frase, puede preguntar un niño lleno de inocencia y ávido de entender? Si le tuvieras que explicar podrías decirle que una frase viene a ser... una frase sería... una frase es un pequeño tesoro en manos de un duende que te presta su sentido por un ratito y fugazmente.
Una frase es un milagro que muta todo el tiempo y se te aparece con un significado que depende del momento en que te dispongas a usarla.
Una frase es una pequeña gota de rocío que las musas de tu corazón enhebran en tu cerebro junto con otras frases, para que le des forma a una historia que habla de vos, aunque hable de otra cosa.
Pero una frase puede también hacerte escuchar a una gaviota que se escapó del recuerdo de aquel atardecer en la playa.
Una frase puede hacerte sentir el calor de un abrazo que te dieron al salir del jardín de infantes.
Una frase puede traerte una molécula de una lágrima que de repente evaporó el sol, que volvió a salir, inevitablemente.
Todo eso, y mucho más, puede encerrar una frase.
Con todo eso construís el sentido que se te antoja que te regale.
Por ejemplo, a mí, hoy una frase me devolvió la magia de aquel día en que doblamos por Potosí y se te ocurrió comprarme flores, defendiendo tu derecho -como mujer- de regalarle flores al hombre que amás.
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