miércoles, 4 de marzo de 2009

PAUL ELUARD




LA ENAMORADA de Paul Eluard


- Eugène Grindel - (Francia, 1895-1952)

Poeta francés nacido en St. Denis. Su verdadero nombre era Eugène Grindel. Su poesía es esencialmente lírica, aunque siempre basada en asuntos cotidianos y experiencias dramáticas de su propia vida. Durante la década de los años 20 y principios de los 30, Eluard se entregó a la experimentación poética y junto con Breton, Soupault y Aragon dio vida al movimiento surrealista, publicando Morir de no morir (1924), Capital del dolor (1926) y Los ojos fértiles (1936). El sueño frente a la realidad y la libre expresión del pensamiento se reflejan en sus poemas surrealistas de este periodo. Más tarde, influido por la Guerra Civil española y la II Guerra Mundial, escribió poemas de contenido más político como Poesía y verdad (1942) y En la corte alemana (1944), en los que regresa a formas estilísticas más tradicionales.

LA ENAMORADA de Paul Eluard






Ella está de pie sobre mis párpados



Con sus cabellos en los míos,



Tiene la forma de mis manos,



Tiene el color de mis ojos,

Se ha sumergido en mi sombra

Como una piedra en el cielo.

Ella tiene los ojos siempre abiertos

Y no me deja dormir...

Sus sueños a pleno día

Evaporan los soles,

Me hacen reír,

llorar y reír,

Hablar sin tener nada que decir.

EL ESPEJO DE UN MOMENTO de Paul Eluard

El disipa el día,

Enseña a los hombres las imágenes desligadas de la apariencia,

Arrebata los hombres la posibilidad de distraerse.

Es duro como la piedra,

La piedra informe,

La piedra del movimiento y de la vista,

Y su resplandor es tal que todas las armaduras,

todas las máscaras

Por ella son deslumbradas.

Lo que ha cogido la mano desdeña incluso tomar su forma,

Lo que ha sido comprendido ya no existe,

El pájaro se ha fundido con el viento,

El cielo con su verdad,

El hombre con su realidad.

Tu cabellera de naranjas en el vacío del mundo.

En el vacío de los pesados cristales de silencio

Y sombra donde mis manos buscan todos tus reflejos.
La forma de tu corazón es quimérica

Y tu amor se parece a mi deseo perdido.

Oh suspiros de ámbar, sueños, miradas.

Pero tú no has estado siempre conmigo.

Mi memoria

Está aún nublada por tu llegada

Y por tu partida.

El tiempo se sirve de palabras, como el amor.

Las luces impuestas a la luz constante y pobre

pasan conmigo todas las esclusas de la vida.

Reconozco a las mujeres en flor por sus cabellos,

por sus pechos y por sus manos.

Han olvidado la primavera,

palidecen hasta perder el aliento.

Y tú, tú te escondías como una espada en la derrota,

Te movilizabas, orgullo, en el largo rostro de una diosa despreciativa y enmascarada.

Brillante de amor, fascinabas al ignorante universo.

Te he atrapado y después,

ebrio de lágrimas, por todas partes beso el espacio por ti abandonado.

Tu boca de labios de oro no está en mí para reír

Y tus palabras de aureola tienen un sentido tan perfecto

Que en mis noches de años,

de juventud y de muerte

Oigo vibrar tu voz en todos los ruidos del mundo.

Es este alba de seda en que el frío vegeta

La lujuria, en peligro, echa de menos el sueño,

En las manos del sol todos los cuerpos despiertos

Se estremecen con la idea de encontrarse el corazón.

Recuerdos de madera verde,

niebla en la que me hundo,

He cerrado los ojos en mí, estoy en ti,

Toda mi vida escucho y no puedo destruir

Los terribles ocios que tu amor me crea.

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